miércoles, septiembre 22, 2010

Modern Family: Michael Scott tiene un cuñado gay

Necesito desconectar un poco. Mis últimas entradas han estado monopolizadas por pensamientos muy negativos sobre el trabajo y los empresarios, así que me he propuesto intentar escribir algo un poco más animado. En concreto, me gustaría compartir algunas impresiones sobre una de las series que estamos siguiendo actualmente en casa: Modern Family, ganadora del último premio Emmy a la Mejor Comedia.

La serie en cuestión se enmarca dentro del género conocido como "Mockumentary", o falso documental. En este contexto, sin lugar a dudas, la referencia es la increíble The Office (en su versíon UK o USA), y ello hace imposible no establecer una comparación entre las dos. En casa somos fieles seguidores de la versión americana de The Office, y ello hizo que nos interesáramos por esta nueva propuesta de la ABC.

La serie intenta describir la vida de una familia nada convencional. Para ello, y utilizando la técnica del documental, somete a sus protagonistas a experiencias cotidianas, y se sienta a observar sus reacciones. Sucesos como el primer día de guardería de un bebé, el novio de una hija adolescente, o las clases de conducir, pueden dar lugar a situaciones francamente divertidas cuando ocurren en el contexto de una familia poco ortodoxa.

¿Qué tiene de especial esta familia? Nada de otro mundo. Quiero decir, nada que a día de hoy pueda sorprender a alguien con un mínimo de contacto con la realidad. La unidad familiar en cuestión puede subdividirse en tres partes, representadas por el patriarca Jay Pritchett (Ed O'Neill) y sus hijos, Mitchell (Jesse Tyler Ferguson) y Claire (Julie Bowen).

Jay es un sesentón casado en segundas nupcias con una deslumbrante colombiana, Gloria (Sofía Vergara). Gloria aporta a la relación un hijo de su anterior matrimonio, Manny (Rico Rodriguez). Algunos de los momentos más divertidos de la serie se producen cuando Gloria cuenta anécdotas a cámara, en presencia de Jay, sobre su anterior marido, del que nunca nos llega a quedar claro si era torero, espadachín, narcotraficante, guerrillero, o simplemente alguien muy peligroso. Manny, por su parte, no responde al rol típico de niño obeso y bonachón. Probablemente superdotado -por su forma de hablar y comportarse- siente por las mujeres más ardor del que es normal a su edad, y esto es fuente común de frustración a lo largo de la serie.

Pasemos a la segunda unidad familiar. Mitchell y Cameron (Eric Stonestreet), en un principio, pueden parecer la arquetípica pareja homosexual, con adopción de bebé incluida, pero en sucesivos episodios irán desvelando partes de su personalidad que escapan de los papeles comúnmente atribuidos a este tipo de personajes. No llegan al nivel del -para mi- increíble Omar, de The Wire, pero sus andanzas dejan una huella tierna y simpática en nuestra retina.

Por último, tenemos a los Dunphy. Claire, la hija de Jay, se casó con Phil (Ty Burrell), y juntos tuvieron tres hijos. Haley (Sarah Hyland) es la adolescente controlada por sus hormonas, casi analfabeta funcional. En la serie tiene una relación con un chico de pocas luces, Dylan (Reid Ewing), guitarrista y cantante en un grupo de instituto, que lleva a altas cotas el concepto de guapo imbécil que consagrara en su día el hermano no alcohólico de Blossom. Alex (Ariel Winter), personaje del que creo que pueden sacar algo más de partido, y Luke (Nolan Gould), un sociópata en potencia con grandes dotes para la autolesión, completan el plantel de los Dunphy.

El personaje de Phil Dunphy es, por lo que he podido observar, uno de los más populares en Internet. Un freak manipulador en ocasiones, un padre tierno y ejemplar en otras. Él y sus ocurrencias son a menudo motor de las tramas de la serie. Reconozco que le tengo cariño, y que me río mucho con él, pero tengo que esforzarme mucho para no pensar que se ha inspirado más de lo normal en el Michael Scott de Steve Carell. Sus gestos, expresiones y acciones me recuerdan mucho al protagonista de The Office, y solo espero que pueda evolucionar, y labrarse su propio estilo.

En resumen, estamos hablando de una serie muy agradable, que se deja ver, y que tiene en ocasiones detalles geniales. La seguiré viendo a corto plazo, pero espero que algunos personajes puedan ir más allá, y ofrecernos un poco más de su lado gamberro.

lunes, septiembre 13, 2010

Fin de ciclo

Bueno. Ha llegado el gran momento. Si nada anormal ocurre, el día 30 será el último día de trabajo en mi actual empresa. No es la primera vez que salgo de algún sitio antes de lo previsto y, conociéndome, no es algo que me sorprenda. Al menos esta vez, al contrario que en mi anterior trabajo, no pienso irme en silencio para después arrepentirme. En las diferentes reuniones y entrevistas de despedida he dejado claro, con mayor o menor fortuna, que el trabajo que desarrollo actualmente es incompatible con mi sistema de valores.

Ya en una entrada anterior, me desahogué criticando a los vendedores de humo, a esos farsantes expertos en la creación de empresas que se sostienen sobre una finísima capa de suerte y malas artes. No quiero profundizar más en el tema. Quizás más adelante, porque ahora mismo lo encuentro hasta doloroso. Pensar que, en un país como el nuestro, solo prosperan aquellos que saben vivir en los agujeros del vacío legal, es algo que siempre me entristece.


Hablemos de algo alegre. Me quedo en la calle. No es tan malo como parece. Hemos echado cuentas y podremos soportarlo. Tengo una serie de proyectos aparcados por falta de tiempo, a los que me voy a dedicar de forma exclusiva durante un año. Si todo sale mal -esperemos que no- y ninguno de estos proyectos llega a cuajar, ¿qué me va a pasar? Pues que me encontraré en la misma situación que ahora, solo que con un año más. ¿Es eso malo? Yo pienso que no. Y mucho trabajo me ha costado llegar a creer esto. Lo juro.

Uno de estos proyectos tiene que ver con el desarrollo de un Plan de Comunicación para una empresa. Aprovechando que tengo que entregar un proyecto de este tipo para terminar mi Máster en Dirección de Comunicación y Nuevas Tecnologías, un amigo y yo hemos decidido ir un poco más allá de un simple plan, y tratar de crear algo vendible. No puedo contar nada ahora mismo, por temas de confidencialidad, pero no nos está quedando muy mal.

Por otro lado, todos los que me conocen saben que mi sueño siempre ha sido ser escritor. Hasta ahora, he escrito de forma esporádica algunos relatos y poemas, que casi siempre pasan sin pena ni gloria por los concursos. ¿Cuál ha sido mi excusa para no escribir más? La falta de tiempo. Como padre de mellizos, y trabajador por cuenta ajena, no suelo disponer de mucho tiempo libre. Y, cuando lo tengo, acostumbro a estar muy cansado. Este año voy a disponer de una oportunidad de oro para imponerme una disciplina seria, escribir de forma constante, y presentarme a un gran número de concursos. Que la inspiración me pille trabajando.

Aún hay más. Tengo aparcado desde hace tiempo un proyecto para montar una editorial. El género a trabajar sería el de cómic y relato corto con temática social. La idea surgió a raíz de leer los geniales Arrugas, de Paco Roca, y María y yo, de Gallardo. No puedo contar mucho más, evidentemente, tan solo que es una idea que llevo madurando desde hace un año, y que he estado contrastando con gente de diversas ramas profesionales. Ahora mismo, con la venida del e-book y los nuevos métodos de distribución, nos encontramos en un profundo proceso de cambio en el modelo editorial, y es un buen momento para el diseño de nuevas alternativas y formas de expresión en dicho campo.

No podría haber tomado esta decisión sin el apoyo de mi familia. Conocen mis intenciones, y me apoyan fielmente. Y, desde aquí, les doy las gracias por ello. No se que será de mi dentro de un año pero, al menos, quiero tener la satisfacción de haberlo intentado. Voy a intentar, desde este blog, y como ejercicio de disciplina, iros informando de todos mis pasos. Si nada sale bien, al menos servirá como una guía de todo aquello que se debe evitar.

martes, julio 20, 2010

¿Cómo despegar la cinta aislante del prepucio?

Pues... supongo que con cuidado. Pero no es eso lo que más me preocupa. Y tampoco es que esté pidiendo consejos tras una noche de experimentación sexual intrépida. Esta pregunta ha surgido al lado de un café con leche, un capuchino y un cortado. La reunión matinal de Pocholo, Escaso y compañía no se parece en nada a una tertulia sesuda en el Café Gijón. Es difícil hablar con calma y objetividad cuando todo se hunde a tu alrededor. Eso sí, el humor que no falte.

Cuando la motivación brilla por su ausencia, cuando el trabajo consiste en encontrar pasatiempos que te entretengan por más de diez minutos, cuando los compañeros cambian de cara frecuentemente, cuando el número de jefes y cargos intermedios se multiplica por un factor aleatorio dependiente del día de la semana, cuando el proyecto en el que estás se parece a un barco de vapor con casino, putas y el motor apagado... entonces, sí, entonces, puede que sea el momento de parar y preguntarse: ¿qué hacemos aquí?

Leía hace poco un artículo en prensa sobre los conceptos de downshifting y happyshifting. El primero es de sobra conocido para todo el que trabaje en la típica empresa caza-subvenciones, tan abundante por nuestra geografía como el prejubilado o el parado. Se trata de un fenómeno en el que el empleado, harto y desmotivado, va progresivamente entrando en un estado de descomposición moral, trabajando menos cada día y, por lo tanto, condenándose lenta y dulcemente. Hay gente que se muere por exceso de trabajo, y gente que no soporta la ausencia del mismo.

Ante tamaña catástrofe, los profetas-gurús-consultores, expertos a la sombra de la cancamusa, proponen el cambio feliz, el happyshifting. En teoría, sobre el papel, puede ser buena idea. Si no te gusta, no te quejes. Haz algo por cambiar la situación. Al estilo Kennedy (No te preguntes que puede hacer tu empresa por tí...). Sin embargo -perdonadme la imprudencia- creo que puedo asegurar que, en la cabeza del ETT (Empresario Típico de estas Tierras), esto se va a entender de otra forma. Lo sospecho. No pretendo insinuar que el ETT sea un garrulo, que va. Solo que no da más de sí.

Cuando lo único que interesa de un proyecto es el dinero obtenido por medio de la estampita, o la venta de humo al por mayor, una de las consecuencias es la falta de claridad y transparencia en los objetivos. Una vez que tenemos el dinero, ¿a quién le importa hacia dónde nos dirigimos? El paisaje es desolador. Jóvenes bien formados, con experiencia profesional, rellenando por tercera vez el mismo informe, plagado de metáforas que intentan esconder la dura realidad: aquí no se hace nada.

miércoles, julio 14, 2010

El Derrotista se ha ido

Ayer fue un día triste. Buscando un camino, una luz, entre innumerables artículos sobre cocina, nuevas tecnologías o comunicación, me topé con la triste noticia. Harvey se había ido. Sin hacer demasiado ruido, como siempre. Sin armar mucho barullo. Me lo imagino neurótico, dando vueltas, gesticulando, pensando en las implicaciones, dándole vueltas a cosas sin sentido una y otra vez mientras la muerte, paciente, se sienta a esperar que se tranquilice.

- Pero, ¿quién es Harvey?
- Harvey Pekar es (era) un autor de cómics.

Le conocí gracias a mi amigo Tuto. Solo por eso, creo que le debo mucho más que un café y unas cañas. Un día, mientras tomábamos algo en una de sus visitas-retorno a Oviedo, Tuto me habló de una película. No es un tema extraño entre nosotros. Solemos hablar mucho de música, cine, literatura, etc.. Llegamos incluso a escribir algo de poesía colaborativa en la universidad. Qué tiempos aquellos. En fin. Bueno. La película era American Splendor, y solo fue capaz de describirla como una película sobre un autor de cómics underground.


Tardé un tiempo en verla, por circunstancias que no vienen a cuento, pero recuerdo que sí me informé sobre la misma. En la IMDB pude percibir un poco de qué iba todo aquello. Al parecer, era una película independiente (y underground) sobre un autor de cómics bastante particular (y underground), narrada en forma de semi-documental. El propio Harvey aparece en varias partes de la película, y el siempre genial Paul Giamatti, rozando la perfección en su caracterización, interpreta al genio a lo largo de las escenas más representativas de su vida.

Recuerdo que leí algo acerca de sus colaboraciones con Robert Crumb y, siendo yo aficionado al mismo, me interesé por el tema. Así, al cabo de un tiempo, logré ver American Splendor. La película dejó en mi boca al principio un ligero gusto a Man on the Moon, un sabor como a castigo, a sentimiento de culpa, por no haber conocido antes a gente como Andy Kaufman o el propio Harvey.

Luego, excentricidades aparte, me enganché a su estilo. Sus historias de gente corriente y moliente. Epopeyas de funcionarios y conductores de autobús, dramas de amas de casa y comedias sobre discos viejos de Jazz. Me enamoré de su capacidad para darle vueltas a las cosas, de sus neuras y manías, de su sencillez. Nunca me han gustado mucho los cómics "pijameros", de superhéroes. Me refiero a mi etapa adulta (si es que ya he llegado). Sin embargo, pierdo los papeles por autores como Daniel Clowes, Chris Ware, Adrian Tomine, Charles Burns, Paco Alcázar, Peter Bagge, etc -no sigo porque no me caben aquí-. Vamos, que me gusta el cómic "poco convencional". El ejemplo de Tomine puede ser interesante. Las historias de Rubia de Verano, o el Malas Ventas, de Robinson, pueden ser ejemplos de lo que pretendo explicar. En la gente corriente hay multitud de buenas historias que quieren ser contadas.
De ver la película, pasé a comprar y leer American Splendor. El cómic. Las historias de Harvey Pekar. Cleveland. Los discos de Jazz. El carrito de los papeles, informes y demás. La relación con Joyce. La aparición de su hija adoptiva. El año del cáncer. El Derrotista. Así, con mayúscula.

La identificación con el Derrotista fue inmediata. No me gusta admitirlo, pero creo que Harvey Pekar y yo compartíamos muchos rasgos. Visto sobre el papel de un cómic, la verdad es que la anterior afirmación no me deja en muy buen lugar, pero cualquiera que me conozca sabe que maniático, neurótico, obsesivo, inquieto, inconformista... pueden ser palabras que me describan.

No quiero extenderme mucho más. Prefiero que si alguien, en algún momento, ha llegado a leer esto, y no conoce a Harvey, haga un esfuerzo e intente acercarse a su mundo, a su Cleveland del alma. Gracias, Tuto, por abrirme los ojos, y permitirme disfrutar de su genio. Gracias, Harvey, por escribir nuestras historias.

Os dejo con algo memorable. Harvey fue invitado a unos cuantos programas de David Letterman. Como era un tío especial, en el programa le tenían por poco menos que el Pozí de Cleveland, que hacía unos libros de garabatos muy raros. Un día, cuando se da cuenta, Harvey decide no seguirle más la corriente a Letterman, y se saca de la manga uno de los mejores momentos de la historia de la TV americana.


Sit tibi terra levis, Harv.

jueves, julio 01, 2010

RHPS

¡¿Que c**** va a ser una parodia?! RHPS es un fin en si misma. Su mensaje es claro: No lo soñeis! Sedlo! Este mensaje es el pulmon de todo el movimiento friki mundial. ¿Por qué reprimir vuestros instintos? ¿Por qué no puedo vestirme de Yoda para ir de sidrerias? ¿Por qué la gente te mira raro cuando comentas en una cena las hazañas sexuales de tu último personaje de Cyberpunk? ¿Por qué la gente que arbitra partidas de Paranoia de joven luego se dedica a aprender a tocar jazz con una guitarra electrica? ¿Por qué no puede Taru vestirse de rapero todo lo que quiera? ¿Por qué me marginan por el simple y circunstancial hecho de que me gusten los perros?

Frikis del mundo, no secuestreis vuestros anhelos. No hay Mithril ni Adamantium que pueda acabar con tantas ganas de volar. Dejadlos libres y disfrutad. Pensad acerca de lo que significa ser normal en esta sociedad: tener un 4x4, ser hincha de un equipo de futbol que gane algo, unos cuantos hijos, una afiliacion politica, ir a conciertos de Bustamante... ¿Quien es el friki? ¿Quien? ¿Me estas hablando a mi, eh? ¿Me estas hablando a mi?

Sobre todo y sobre nada de lo que acabo de escribir va RHPS. Una vez que la has visto, ya no eres el mismo. Tus miras cambian. Tus sueños cambian. Yo antes queria ser profesor de universidad. Ahora solo quiero formar un grupo de rumba-glam y subirme a un escenario... Y no es tarde... Mirad a Frank Sinatra cuanto aguanto el cabronazo... Una vez que RHPS entra en tu vida, empiezas a comprender a Peter Parker, llevas una identidad secreta... Cuando ves una pelicula y alcanzas a discernir al inclito e incomprendido doctor Frank Furter entre los millones de secundarios tan solo ansias que se quite la ropa y los brillos de la luz blanca de un laboratorio sobre el cuero negro de su ropa interior deslumbren tu mirada.

Tuto, ¿vas cogiendo la idea?

Tengamos la fiesta en paz

Latidos y más latidos. El tambor ensordecedor golpea sus sienes mientras corre, marcándole el ritmo. No debe pararse. No ahora. Los soldados están cerca. Le han visto, y ahora intentan acorralarlo. Mientras, en el cielo, las bombas de racimo dibujan una aurora del color de los gritos en la noche. De vez en cuando una explosión cercana, un chasquido, un trueno, se abre camino a empujones entre los escombros, y lo tira al suelo. Entonces, solo entonces, encuentra tiempo para respirar, para estudiar sus nuevos pasos. Un acento extranjero le increpa a sus espaldas. No deben cogerle. No puede entregarles aquello que arde en su pecho: su corazón de metal, su más valiosa pertenencia. Sale de su escondite. Y corre.

Error. No contaba con tantos soldados. Tiene uno justo enfrente, aunque solo alcanza a ver el negro de su interior a través del cañón de su rifle de asalto. Quiere que se tire al suelo. Quiere quitarle su tesoro. No. No lo puede consentir. Se burla del azar, salta hacia un lado. No siente ningún dolor. Pero ha oído un disparo. Sigue corriendo. No quiere quedarse a ver si la bala le ha dado o no.

Al fin, cansado y dolorido, llega a casa. Todos están allí. Algunos cantan, otros comen. Ninguno deja de vigilar. Los más pequeños juegan con unos trapos viejos que recuerdan de lejos a un balón. Su madre, luna de esta noche estrellada, rodea a su hermano con sus brazos. Espera que le guste el regalo que le trae. Su pequeño corazón de metal, esa lata rodeada de símbolos extraños, repleta de las frutas más extrañas que jamás hayan visto sus jóvenes ojos. El suave frescor empaña los labios de su hermano, y ayuda a mitigar su sed. Feliz Cumpleaños.

miércoles, junio 23, 2010

Web 2.0 ¿Dónde están mis llaves?

Todo el mundo habla sobre la Web 2.0. Sin duda alguna, se trata del término de moda. Las empresas, las administraciones y los usuarios sucumben ante el tremendo poder que estas nuevas técnicas prometen. Cualquier servicio que se lance al mercado estos días debe ir acompañado de la ya citada coletilla numérica, si no quiere ser automáticamente tildado de desfasado, desactualizado o muerto en vida. Ahora bien, ¿sabemos realmente qué nos traemos entre manos?

En el campo de las nuevas tecnologías, los números indicativos de versión tienen una función muy determinada: los cambios en la numeración indican mejoras o correcciones que contribuyen a incrementar la calidad de la solución a la que hacen referencia. Normalmente, los cambios en las cifras decimales indican modificaciones menores, o correcciones de fallos. Sin embargo, la alteración de la cifra principal representa una ruptura en nuestros hábitos de trabajo.

El término Web 2.0 hace referencia a un cambio global en nuestra forma de trabajar en la red. De meros espectadores, pasamos a ocupar un papel principal en la obra. Hasta ahora, nuestra plataforma habitual de trabajo estaba restringida al entorno más cercano a nuestro escritorio. El nuevo paradigma convierte a la red en nuestra nueva oficina, llevándose gran parte de nuestras aplicaciones e información a la nube, o espacio común.

Sin duda, esta nueva forma de trabajo ofrece innumerables ventajas. En primer lugar, ya no tenemos que preocuparnos de tener instaladas nuestras aplicaciones de uso común en todos los sitios en que vayamos a trabajar. Tan solo necesitamos un ordenador con conexión a Internet, y un navegador. Tampoco debemos preocuparnos de las actualizaciones de las aplicaciones, ya que éstas se realizan de forma transparente al usuario. Algunos autores hablan incluso de una reducción en los requisitos impuestos a nuestros equipos de trabajo, aunque se podría argumentar que en realidad estos requisitos se trasladan hacia las infraestructuras de red correspondientes.

La gran ventaja de este salto de versión, de la Web 2.0, es el trabajo colaborativo. Los proyectos en equipo se ven reforzados por la nueva estructura distribuida, por la posibilidad de establecer relaciones de todo tipo mediante las redes sociales que los nuevos mecanismos de trabajo ponen a nuestra disposición. Las redes colaborativas hacen posible la aparición de nuevas estructuras empresariales, de nuevos modelos, más eficientes y rentables, lo que ha provocado un inmediato interés por parte de las grandes empresas.

Sin embargo, como todo avance, la Web 2.0 viene acompañada de un despliegue publicitario descomunal. Las ventajas aparecen en todos los artículos y revistas, el trabajo distribuido se pone de moda, y toda la gente desea cambiar su forma de trabajo. Pero este tipo de tecnología tiene también su lado oscuro. Algunos aspectos pasan desapercibidos, y otros son voluntariamente ocultados por organismos que esperan sacar provecho de los mismos. Si se va a trabajar en la nube, es conveniente tener en cuenta algunos aspectos:

¿Dónde están mis llaves? La información, en el nuevo marco de trabajo en la red, está en manos de terceros. Se debe tener en cuenta esto especialmente cuando se trabaje con datos sensibles, esto es, con información de carácter íntimo y personal. Por supuesto, las empresas que ofrecen estos servicios están obligadas a cumplir la ley, pero en ocasiones añaden cláusulas que, en caso de ser aceptadas por el usuario, implican la cesión de parte de la información.

¡Pero si ayer era gratis! Las condiciones de los servicios ofrecidos pueden cambiar de forma súbita. Lo que ayer era gratuito, hoy puede ser de pago. Lo que hoy es de pago, mañana puede exigir un esfuerzo económico mayor. Las condiciones de calidad de servicio pueden variar, y con ellas el rendimiento y el coste de nuestro equipo de trabajo en red.

El trabajo de una semana... ¿perdido? Tradicionalmente, las empresas implementan políticas de seguridad en los sistemas de información. Éstas suelen incluir procedimientos para la planificación y realización de copias de respaldo, mediante los cuales tratan de evitar pérdidas de información valiosa. En los servicios 2.0, sin embargo, las empresas deben delegar la implementación de dichas políticas de seguridad en terceros, lo que podría, en algunos casos, supeditar la seguridad de la empresa totalmente a factores externos.

Pero... ¿quién ha escrito esto? La generación de contenidos por parte de los usuarios es uno de los pilares de la nueva generación de servicios. El ahorro derivado de tales medidas es importante, pero para la elaboración de un contenido de calidad no solo es necesaria la generación masiva de contenido. Si la empresa desea producir material mínimamente interesante, necesita que las aportaciones de los colaboradores sean relevantes, informadas y coherentes.

Señor Juez, yo no sabía que... La posibilidad de que los usuarios generen conocimiento a su antojo, puede poner en aprietos legales a una empresa. Si la organización no aplica un severo seguimiento a toda la información que entra en su base de conocimiento, puede que sus infraestructuras sean usadas para algún tipo de actividad de dudosa legalidad, lo que conllevaría las consiguientes acciones legales por parte de la autoridad competente.

Don’t be evil. En todas las oficinas de Google figura el siguiente lema: “No seas malo”. La empresa es plenamente consciente de su tamaño y poder, y continuamente trata de concienciar a sus empleados sobre la necesidad de conservar la confidencialidad y privacidad de sus usuarios. Sin embargo, no dudó en censurar parte de las búsquedas al negociar su entrada en el mercado chino. Parece ser que ahora está pensando en salir de aquel país, debido a los continuos ataques a sus bases de datos por parte de espías gubernamentales. Un usuario de la Web 2.0 debe ser consciente de este tipo de comportamientos cuando decide entrar en la nube.

¿No hay Wifi aquí? El salto a la nueva metodología de trabajo ha supuesto un gran avance en movilidad. El puesto de trabajo ha pasado a ser nómada, y se han roto las cadenas que ataban al trabajador a su despacho. A pesar de que esto es una enorme ventaja, la dependencia no ha desaparecido. Se ha trasladado, al menos de momento, ya que el trabajo colaborativo no es tan ventajoso cuando no se dispone de acceso a la red. Si bien es cierto que, hoy en día, el acceso a la red está muy extendido, aún estamos lejos de una cobertura global -con buen nivel de servicio- y a precios competitivos.

¿Dónde está el Photoshop? A pesar de los grandes avances que se han producido en este nuevo marco de trabajo, existen aún multitud de herramientas vinculadas al trabajo offline. Para una total migración a la red, las aplicaciones más extendidas para edición de vídeo o fotografías, diseño industrial o maquetación, deberían tener su equivalente 2.0.

Los 8.972 puntos de nuestra campaña son... La generación de gran parte del contenido por parte de la comunidad de usuarios es un arma de doble filo. El barato y ágil incremento de volumen de conocimiento generado implica a su vez un aumento del nivel de ruido o información inútil. Así, puede ser más difícil encontrar la información buscada, o sacar alguna conclusión a partir de los datos almacenados.

Deja de trabajar, y come de una vez... Un aspecto que pocos entusiastas del fenómeno 2.0 parecen percibir es de la conciliación de la vida laboral y familiar en el nuevo entorno de trabajo distribuido. La vinculación del trabajo a un lugar físico permite diferenciar más claramente el trabajo del tiempo libre. Sin embargo, si nuestro puesto de trabajo está en la red, puede ser difícil en ocasiones distinguir en qué contexto nos encontramos, lo que puede ocasionar problemas de estrés o bajo rendimiento.

Las nuevas tecnologías, las mejoras en las infraestructuras de red, la nueva generación de aplicaciones en la red.. han supuesto un increíble avance en nuestra concepción del mundo del trabajo. Sin embargo, y tal como se ha expuesto, antes de dar el salto e incorporarse a la Web 2.0, es necesario estudiar todas las implicaciones de nuestra decisión. De esta forma, podremos tomar un decisión de forma informada y razonada, lo que sin duda alguna repercutirá en nuestro beneficio. Porque, al final, y como siempre, lo que se busca es maximizar la eficiencia y eficacia de nuestra empresa.

Motivaciones - La enamoradiza

El amor no es ciego. Es idiota. A veces acierta -solo a veces- y crea nueva vida donde antes no
había más que rumbos divergentes. Pero no siempre es así. En el caso de M. no fue así. Ahí donde la veis, tuvo la oportunidad de destacar, de llegar como cabeza de carrera a un lugar tradicionalmente reservado para hombres. Sus padres dedicaron toda su vida a la honrosa tarea de manufacturar la primera licenciada de la familia. Iba para profesora. Destacaba en todo lo que emprendía. Pero entonces conoció a L.

Era tan guapo. Parecía un galán en blanco y negro, un traje brillante de celuloide. Tenía el pelo negro, un rostro de una sola dimensión, y un aire vacío, como su interior. Su sola presencia bastó para iniciar una terrible batalla entre el temblor de sus muslos y el frío aliento del sentido común. Su madre la golpeó una y otra vez con zapatillas de rencor y dolor, de conocimientos viejos y probados, pero M. acertó, aún cegada como estaba, a esquivar el envite y lanzó un órdago a todo su pasado.

Hoy, desde la distancia que otorgan sus años, desde la lejanía de las camas separadas, recuerda a su madre con angustia. Revive, por momentos, aquella paliza y comprueba con sus tres hijos como el ciclo se repite una y otra vez. La belleza no es más que un paréntesis en el tiempo, no tiene pasado ni futuro. No tiene sentido, se dice a sí misma, amarrar a tan efímero puerto las ilusiones y esperanzas de una vida por hacer. Ahora, por fin, lo entiende. Pero ya es tarde.

(Fotografía de European Parliament)

lunes, junio 14, 2010

Motivaciones - La Monja

No es el título de una película expuesta en una gasolinera abandonada. Es real. D., monja de intachable trayectoria, al mando de un respetable colegio, abandona todo lo desechable para jugar a los médicos con una compañera de profesión. Fundidas en un solo cuerpo, más animales que nunca, abandonan sus hábitos a diario sobre la moqueta de un hotel barato.

Poderosas han debido de ser las razones que han impulsado a estas dos criaturas a ponerle los cuernos al mismo Dios. Violado tan casto compromiso, solo queda el amor y el sexo, la sed de carne, y un incontestable deseo de alquilar su felicidad y sus vergüenzas a las voceras de su calle.

Aquellas niñas, antiguas alumnas de la hoy contumaz máquina de amar, que vacilen si rechazar o aplaudir su conducta, tal vez debieran mirar debajo de su ombligo, acariciar su alma, y dudar. Pensar, en fin, si las ganas de desnudarse ante la gente, de traslucir toda su dicha, son monopolio de seglares, o tesoro de la humanidad.

(Fotografía de PhotoCapy)

viernes, junio 11, 2010

Editorial sobre DirCom

Hace tiempo ya -es lo que tienen los Másters de 500 horas- se nos encargó realizar un pequeño proyecto de Newsletter por equipos. Posteriormente, un jurado formado por profesores y organizadores del Máster, tomó la sorprendente y polémica decisión de dejar la elección del ganador en manos de los propios alumnos.

Nuestro proyecto era de corte marcadamente tradicional, en un formato adecuado para la difusión impresa. Dedicamos bastante esfuerzo a la parte visual, y creo que, en general, todo el equipo hizo un gran trabajo. Aunque no pudo ser, y finalmente perdimos, creo que fue una muy buena experiencia.

Lo que inserto a continuación es el editorial que me tocó escribir, en calidad de coordinador del grupo, para abrir nuestro Newsletter. Espero que os guste.

Esto no es un editorial. No pretende servir de presentación a un newsletter sobre comunicación. Tampoco aspira a lanzar cuestiones al aire, ni sembrar la curiosidad en la mente del lector. No quiere provocar a nadie, forzar un pase de página, o ser atractivo desde un punto de vista estrictamente literario. Simplemente, no puede. Esta secuencia de trazos ordenados, de familiares símbolos, solo puede gozar de las anteriores prerrogativas cuando se instala en la percepción de un ser humano. La comunicación está condenada desde su mismo nacimiento a una existencia en sociedad.


Los procesos de comunicación tradicionales, medidos en un intervalo de tiempo relativamente pequeño, pueden dividirse en dos grandes grupos según el tamaño del grupo receptor. Bien se producen en el contexto de una comunicación entre individuos (uno-a-uno), bien ocurren en el marco de una comunicación grupal (uno-a-muchos). Las nuevas tecnologías, con sus redes sociales, y sus formas de trabajo colaborativas, han acarreado la proliferación de nuevos procesos de comunicación, con un gran número de emisores y receptores de forma simultánea. Esta nueva tipología de comunicación ya está sentando las bases de lo que será nuestra futura forma de trabajar y de vivir.


De necios es negar las grandes ventajas y oportunidades, tanto económicas como sociales, que conllevan estos cambios. Sin embargo, debemos ser prudentes y críticos, no tomar estas innovaciones como dogma de fe, y ser plenamente conscientes de las implicaciones de esta nueva forma de trabajo. No debemos ser inocentes, y olvidar que los nuevos medios de comunicación también tienen sus grupos de control, sus mecanismos de censura y sus peligros. Sobre todo, cuando se encuentran a debate proposiciones de ley que pueden afectar a la neutralidad de la red, tan necesaria para un verdadero cambio social.


Ante este reto -y con un campo de batalla a medio legislar- es más que necesaria la consagración de la figura del Director de Comunicación. La sociedad necesita a un grupo de profesionales formado con garantías. Hasta ahora, la comunicación profesional ha estado muchas veces en manos de personas expertas en comunicación, pero ciegas a los adelantos técnicos, o de auténticos prodigios de las nuevas tecnologías, sin ningún tipo de habilidad comunicativa. La solución es clara. La comunicación debe ser manejada por gente flexible, preparada, adaptada a los nuevos tiempos, y con un gran presupuesto. Ha llegado la hora del DirCom.

jueves, junio 10, 2010

Ejercicio de transición

Hoy ha sido un día especialmente duro, ¿verdad? He visto la luz del sol una única vez, y no puedo decir que me sienta orgullosa de ello. Debe ser por la crisis. Los finales de mes son muy duros. La gente intenta estirar la paga como puede, rebuscando en la basura o comiendo hamburguesas de "sabe-dios-qué" en restaurantes con cocineros "sabe-dios-cómo". Por cierto, ¿sabes con certeza de qué animal ha salido lo que vas a meter justo ahora en tu boca?

Perdón, perdón... solo intentaba animarte. Se que no es la mejor época de tu vida, y que no puedes sacarme a pasear tanto como antes solías. Recuerdo cuando, orgullosa, lucía todo el colorido de mis entrañas a la hora de invitar a un buen amigo, o pagar una exquisita comida. Ahora, sin embargo, me conformo con cosas pequeñas. De hecho, comprar el pan ha pasado a ser una de mis actividades favoritas. Lo que hace la necesidad. Antes, si me veían en la panadería, pensaba en el "qué dirán" y pasaba gran vergüenza. Ahora, sin embargo, me derrito entera cuando veo un pan bregado.


Menos mal que nos quedan los recuerdos. Tengo por aquí una foto de tus hijos. Es de hace unos meses. Todavía tienen cara de bebés. Les delata la mirada, sin maldad, los ojos fijos en algún osito de propaganda. No te preocupes por ellos, seguro que dentro de poco la situación mejorará y podrás comprarles algo. Mientras tanto, les seguiré dando calor cuando tú estés ocupado, y me encargaré de que sus jóvenes sonrisas dejen sitio a los mayores. Y es que, justo debajo, tengo la foto de tu mujer; esa en la que tiene 17 años y una cara de buena que asusta. Desde que me la diste, no ha pasado un solo día en el que no me haya asegurado de que sigue ahí.

Si te paras a pensar, soy una especie de guardián de tu familia. Y de tu historia. En uno de mis rincones, quizás el menos gastado, se agolpan decenas de tarjetas y carnets, instantáneas de tu pasado reciente. Mi traje de cuero ha visto muchas profesiones, mucho dinero, gente de toda clase que, llegado el momento, han pasado a engrosar las filas del tercer cajón del recibidor. ¿Recuerdas cuándo quisiste ser piloto de avión? Poca gente sabe eso. No quisiste contarle a nadie que no te dejaron. Yo, sin embargo, fui la portadora de las noticias, la primera en saber que eras daltónico. Después de ti, por supuesto.

Llevo mucho tiempo contigo, y tengo que reconocer que me he encariñado. Al principio, cuando un guardia civil me arrancó de tu padre, me sentí muy triste por abandonar al que me compró, al que depositó en mi sus esperanzas y billetes de avión. Tú me cogiste y me profanaste violentamente, con tu dinero y tus promesas anotadas en servilletas. Después, superado el susto inicial, y un cálido proceso de adaptación a tus muslos y pantalones, me adapté a tu bolsillo y te convertí en mi nuevo enamorado. ¿Te digo lo que pienso? Quiero estar siempre tan cerca de ti como lo estoy en este mismo momento.

(Fotografía de Quite Peculiar)