miércoles, junio 23, 2010

Web 2.0 ¿Dónde están mis llaves?

Todo el mundo habla sobre la Web 2.0. Sin duda alguna, se trata del término de moda. Las empresas, las administraciones y los usuarios sucumben ante el tremendo poder que estas nuevas técnicas prometen. Cualquier servicio que se lance al mercado estos días debe ir acompañado de la ya citada coletilla numérica, si no quiere ser automáticamente tildado de desfasado, desactualizado o muerto en vida. Ahora bien, ¿sabemos realmente qué nos traemos entre manos?

En el campo de las nuevas tecnologías, los números indicativos de versión tienen una función muy determinada: los cambios en la numeración indican mejoras o correcciones que contribuyen a incrementar la calidad de la solución a la que hacen referencia. Normalmente, los cambios en las cifras decimales indican modificaciones menores, o correcciones de fallos. Sin embargo, la alteración de la cifra principal representa una ruptura en nuestros hábitos de trabajo.

El término Web 2.0 hace referencia a un cambio global en nuestra forma de trabajar en la red. De meros espectadores, pasamos a ocupar un papel principal en la obra. Hasta ahora, nuestra plataforma habitual de trabajo estaba restringida al entorno más cercano a nuestro escritorio. El nuevo paradigma convierte a la red en nuestra nueva oficina, llevándose gran parte de nuestras aplicaciones e información a la nube, o espacio común.

Sin duda, esta nueva forma de trabajo ofrece innumerables ventajas. En primer lugar, ya no tenemos que preocuparnos de tener instaladas nuestras aplicaciones de uso común en todos los sitios en que vayamos a trabajar. Tan solo necesitamos un ordenador con conexión a Internet, y un navegador. Tampoco debemos preocuparnos de las actualizaciones de las aplicaciones, ya que éstas se realizan de forma transparente al usuario. Algunos autores hablan incluso de una reducción en los requisitos impuestos a nuestros equipos de trabajo, aunque se podría argumentar que en realidad estos requisitos se trasladan hacia las infraestructuras de red correspondientes.

La gran ventaja de este salto de versión, de la Web 2.0, es el trabajo colaborativo. Los proyectos en equipo se ven reforzados por la nueva estructura distribuida, por la posibilidad de establecer relaciones de todo tipo mediante las redes sociales que los nuevos mecanismos de trabajo ponen a nuestra disposición. Las redes colaborativas hacen posible la aparición de nuevas estructuras empresariales, de nuevos modelos, más eficientes y rentables, lo que ha provocado un inmediato interés por parte de las grandes empresas.

Sin embargo, como todo avance, la Web 2.0 viene acompañada de un despliegue publicitario descomunal. Las ventajas aparecen en todos los artículos y revistas, el trabajo distribuido se pone de moda, y toda la gente desea cambiar su forma de trabajo. Pero este tipo de tecnología tiene también su lado oscuro. Algunos aspectos pasan desapercibidos, y otros son voluntariamente ocultados por organismos que esperan sacar provecho de los mismos. Si se va a trabajar en la nube, es conveniente tener en cuenta algunos aspectos:

¿Dónde están mis llaves? La información, en el nuevo marco de trabajo en la red, está en manos de terceros. Se debe tener en cuenta esto especialmente cuando se trabaje con datos sensibles, esto es, con información de carácter íntimo y personal. Por supuesto, las empresas que ofrecen estos servicios están obligadas a cumplir la ley, pero en ocasiones añaden cláusulas que, en caso de ser aceptadas por el usuario, implican la cesión de parte de la información.

¡Pero si ayer era gratis! Las condiciones de los servicios ofrecidos pueden cambiar de forma súbita. Lo que ayer era gratuito, hoy puede ser de pago. Lo que hoy es de pago, mañana puede exigir un esfuerzo económico mayor. Las condiciones de calidad de servicio pueden variar, y con ellas el rendimiento y el coste de nuestro equipo de trabajo en red.

El trabajo de una semana... ¿perdido? Tradicionalmente, las empresas implementan políticas de seguridad en los sistemas de información. Éstas suelen incluir procedimientos para la planificación y realización de copias de respaldo, mediante los cuales tratan de evitar pérdidas de información valiosa. En los servicios 2.0, sin embargo, las empresas deben delegar la implementación de dichas políticas de seguridad en terceros, lo que podría, en algunos casos, supeditar la seguridad de la empresa totalmente a factores externos.

Pero... ¿quién ha escrito esto? La generación de contenidos por parte de los usuarios es uno de los pilares de la nueva generación de servicios. El ahorro derivado de tales medidas es importante, pero para la elaboración de un contenido de calidad no solo es necesaria la generación masiva de contenido. Si la empresa desea producir material mínimamente interesante, necesita que las aportaciones de los colaboradores sean relevantes, informadas y coherentes.

Señor Juez, yo no sabía que... La posibilidad de que los usuarios generen conocimiento a su antojo, puede poner en aprietos legales a una empresa. Si la organización no aplica un severo seguimiento a toda la información que entra en su base de conocimiento, puede que sus infraestructuras sean usadas para algún tipo de actividad de dudosa legalidad, lo que conllevaría las consiguientes acciones legales por parte de la autoridad competente.

Don’t be evil. En todas las oficinas de Google figura el siguiente lema: “No seas malo”. La empresa es plenamente consciente de su tamaño y poder, y continuamente trata de concienciar a sus empleados sobre la necesidad de conservar la confidencialidad y privacidad de sus usuarios. Sin embargo, no dudó en censurar parte de las búsquedas al negociar su entrada en el mercado chino. Parece ser que ahora está pensando en salir de aquel país, debido a los continuos ataques a sus bases de datos por parte de espías gubernamentales. Un usuario de la Web 2.0 debe ser consciente de este tipo de comportamientos cuando decide entrar en la nube.

¿No hay Wifi aquí? El salto a la nueva metodología de trabajo ha supuesto un gran avance en movilidad. El puesto de trabajo ha pasado a ser nómada, y se han roto las cadenas que ataban al trabajador a su despacho. A pesar de que esto es una enorme ventaja, la dependencia no ha desaparecido. Se ha trasladado, al menos de momento, ya que el trabajo colaborativo no es tan ventajoso cuando no se dispone de acceso a la red. Si bien es cierto que, hoy en día, el acceso a la red está muy extendido, aún estamos lejos de una cobertura global -con buen nivel de servicio- y a precios competitivos.

¿Dónde está el Photoshop? A pesar de los grandes avances que se han producido en este nuevo marco de trabajo, existen aún multitud de herramientas vinculadas al trabajo offline. Para una total migración a la red, las aplicaciones más extendidas para edición de vídeo o fotografías, diseño industrial o maquetación, deberían tener su equivalente 2.0.

Los 8.972 puntos de nuestra campaña son... La generación de gran parte del contenido por parte de la comunidad de usuarios es un arma de doble filo. El barato y ágil incremento de volumen de conocimiento generado implica a su vez un aumento del nivel de ruido o información inútil. Así, puede ser más difícil encontrar la información buscada, o sacar alguna conclusión a partir de los datos almacenados.

Deja de trabajar, y come de una vez... Un aspecto que pocos entusiastas del fenómeno 2.0 parecen percibir es de la conciliación de la vida laboral y familiar en el nuevo entorno de trabajo distribuido. La vinculación del trabajo a un lugar físico permite diferenciar más claramente el trabajo del tiempo libre. Sin embargo, si nuestro puesto de trabajo está en la red, puede ser difícil en ocasiones distinguir en qué contexto nos encontramos, lo que puede ocasionar problemas de estrés o bajo rendimiento.

Las nuevas tecnologías, las mejoras en las infraestructuras de red, la nueva generación de aplicaciones en la red.. han supuesto un increíble avance en nuestra concepción del mundo del trabajo. Sin embargo, y tal como se ha expuesto, antes de dar el salto e incorporarse a la Web 2.0, es necesario estudiar todas las implicaciones de nuestra decisión. De esta forma, podremos tomar un decisión de forma informada y razonada, lo que sin duda alguna repercutirá en nuestro beneficio. Porque, al final, y como siempre, lo que se busca es maximizar la eficiencia y eficacia de nuestra empresa.

Motivaciones - La enamoradiza

El amor no es ciego. Es idiota. A veces acierta -solo a veces- y crea nueva vida donde antes no
había más que rumbos divergentes. Pero no siempre es así. En el caso de M. no fue así. Ahí donde la veis, tuvo la oportunidad de destacar, de llegar como cabeza de carrera a un lugar tradicionalmente reservado para hombres. Sus padres dedicaron toda su vida a la honrosa tarea de manufacturar la primera licenciada de la familia. Iba para profesora. Destacaba en todo lo que emprendía. Pero entonces conoció a L.

Era tan guapo. Parecía un galán en blanco y negro, un traje brillante de celuloide. Tenía el pelo negro, un rostro de una sola dimensión, y un aire vacío, como su interior. Su sola presencia bastó para iniciar una terrible batalla entre el temblor de sus muslos y el frío aliento del sentido común. Su madre la golpeó una y otra vez con zapatillas de rencor y dolor, de conocimientos viejos y probados, pero M. acertó, aún cegada como estaba, a esquivar el envite y lanzó un órdago a todo su pasado.

Hoy, desde la distancia que otorgan sus años, desde la lejanía de las camas separadas, recuerda a su madre con angustia. Revive, por momentos, aquella paliza y comprueba con sus tres hijos como el ciclo se repite una y otra vez. La belleza no es más que un paréntesis en el tiempo, no tiene pasado ni futuro. No tiene sentido, se dice a sí misma, amarrar a tan efímero puerto las ilusiones y esperanzas de una vida por hacer. Ahora, por fin, lo entiende. Pero ya es tarde.

(Fotografía de European Parliament)

lunes, junio 14, 2010

Motivaciones - La Monja

No es el título de una película expuesta en una gasolinera abandonada. Es real. D., monja de intachable trayectoria, al mando de un respetable colegio, abandona todo lo desechable para jugar a los médicos con una compañera de profesión. Fundidas en un solo cuerpo, más animales que nunca, abandonan sus hábitos a diario sobre la moqueta de un hotel barato.

Poderosas han debido de ser las razones que han impulsado a estas dos criaturas a ponerle los cuernos al mismo Dios. Violado tan casto compromiso, solo queda el amor y el sexo, la sed de carne, y un incontestable deseo de alquilar su felicidad y sus vergüenzas a las voceras de su calle.

Aquellas niñas, antiguas alumnas de la hoy contumaz máquina de amar, que vacilen si rechazar o aplaudir su conducta, tal vez debieran mirar debajo de su ombligo, acariciar su alma, y dudar. Pensar, en fin, si las ganas de desnudarse ante la gente, de traslucir toda su dicha, son monopolio de seglares, o tesoro de la humanidad.

(Fotografía de PhotoCapy)

viernes, junio 11, 2010

Editorial sobre DirCom

Hace tiempo ya -es lo que tienen los Másters de 500 horas- se nos encargó realizar un pequeño proyecto de Newsletter por equipos. Posteriormente, un jurado formado por profesores y organizadores del Máster, tomó la sorprendente y polémica decisión de dejar la elección del ganador en manos de los propios alumnos.

Nuestro proyecto era de corte marcadamente tradicional, en un formato adecuado para la difusión impresa. Dedicamos bastante esfuerzo a la parte visual, y creo que, en general, todo el equipo hizo un gran trabajo. Aunque no pudo ser, y finalmente perdimos, creo que fue una muy buena experiencia.

Lo que inserto a continuación es el editorial que me tocó escribir, en calidad de coordinador del grupo, para abrir nuestro Newsletter. Espero que os guste.

Esto no es un editorial. No pretende servir de presentación a un newsletter sobre comunicación. Tampoco aspira a lanzar cuestiones al aire, ni sembrar la curiosidad en la mente del lector. No quiere provocar a nadie, forzar un pase de página, o ser atractivo desde un punto de vista estrictamente literario. Simplemente, no puede. Esta secuencia de trazos ordenados, de familiares símbolos, solo puede gozar de las anteriores prerrogativas cuando se instala en la percepción de un ser humano. La comunicación está condenada desde su mismo nacimiento a una existencia en sociedad.


Los procesos de comunicación tradicionales, medidos en un intervalo de tiempo relativamente pequeño, pueden dividirse en dos grandes grupos según el tamaño del grupo receptor. Bien se producen en el contexto de una comunicación entre individuos (uno-a-uno), bien ocurren en el marco de una comunicación grupal (uno-a-muchos). Las nuevas tecnologías, con sus redes sociales, y sus formas de trabajo colaborativas, han acarreado la proliferación de nuevos procesos de comunicación, con un gran número de emisores y receptores de forma simultánea. Esta nueva tipología de comunicación ya está sentando las bases de lo que será nuestra futura forma de trabajar y de vivir.


De necios es negar las grandes ventajas y oportunidades, tanto económicas como sociales, que conllevan estos cambios. Sin embargo, debemos ser prudentes y críticos, no tomar estas innovaciones como dogma de fe, y ser plenamente conscientes de las implicaciones de esta nueva forma de trabajo. No debemos ser inocentes, y olvidar que los nuevos medios de comunicación también tienen sus grupos de control, sus mecanismos de censura y sus peligros. Sobre todo, cuando se encuentran a debate proposiciones de ley que pueden afectar a la neutralidad de la red, tan necesaria para un verdadero cambio social.


Ante este reto -y con un campo de batalla a medio legislar- es más que necesaria la consagración de la figura del Director de Comunicación. La sociedad necesita a un grupo de profesionales formado con garantías. Hasta ahora, la comunicación profesional ha estado muchas veces en manos de personas expertas en comunicación, pero ciegas a los adelantos técnicos, o de auténticos prodigios de las nuevas tecnologías, sin ningún tipo de habilidad comunicativa. La solución es clara. La comunicación debe ser manejada por gente flexible, preparada, adaptada a los nuevos tiempos, y con un gran presupuesto. Ha llegado la hora del DirCom.

jueves, junio 10, 2010

Ejercicio de transición

Hoy ha sido un día especialmente duro, ¿verdad? He visto la luz del sol una única vez, y no puedo decir que me sienta orgullosa de ello. Debe ser por la crisis. Los finales de mes son muy duros. La gente intenta estirar la paga como puede, rebuscando en la basura o comiendo hamburguesas de "sabe-dios-qué" en restaurantes con cocineros "sabe-dios-cómo". Por cierto, ¿sabes con certeza de qué animal ha salido lo que vas a meter justo ahora en tu boca?

Perdón, perdón... solo intentaba animarte. Se que no es la mejor época de tu vida, y que no puedes sacarme a pasear tanto como antes solías. Recuerdo cuando, orgullosa, lucía todo el colorido de mis entrañas a la hora de invitar a un buen amigo, o pagar una exquisita comida. Ahora, sin embargo, me conformo con cosas pequeñas. De hecho, comprar el pan ha pasado a ser una de mis actividades favoritas. Lo que hace la necesidad. Antes, si me veían en la panadería, pensaba en el "qué dirán" y pasaba gran vergüenza. Ahora, sin embargo, me derrito entera cuando veo un pan bregado.


Menos mal que nos quedan los recuerdos. Tengo por aquí una foto de tus hijos. Es de hace unos meses. Todavía tienen cara de bebés. Les delata la mirada, sin maldad, los ojos fijos en algún osito de propaganda. No te preocupes por ellos, seguro que dentro de poco la situación mejorará y podrás comprarles algo. Mientras tanto, les seguiré dando calor cuando tú estés ocupado, y me encargaré de que sus jóvenes sonrisas dejen sitio a los mayores. Y es que, justo debajo, tengo la foto de tu mujer; esa en la que tiene 17 años y una cara de buena que asusta. Desde que me la diste, no ha pasado un solo día en el que no me haya asegurado de que sigue ahí.

Si te paras a pensar, soy una especie de guardián de tu familia. Y de tu historia. En uno de mis rincones, quizás el menos gastado, se agolpan decenas de tarjetas y carnets, instantáneas de tu pasado reciente. Mi traje de cuero ha visto muchas profesiones, mucho dinero, gente de toda clase que, llegado el momento, han pasado a engrosar las filas del tercer cajón del recibidor. ¿Recuerdas cuándo quisiste ser piloto de avión? Poca gente sabe eso. No quisiste contarle a nadie que no te dejaron. Yo, sin embargo, fui la portadora de las noticias, la primera en saber que eras daltónico. Después de ti, por supuesto.

Llevo mucho tiempo contigo, y tengo que reconocer que me he encariñado. Al principio, cuando un guardia civil me arrancó de tu padre, me sentí muy triste por abandonar al que me compró, al que depositó en mi sus esperanzas y billetes de avión. Tú me cogiste y me profanaste violentamente, con tu dinero y tus promesas anotadas en servilletas. Después, superado el susto inicial, y un cálido proceso de adaptación a tus muslos y pantalones, me adapté a tu bolsillo y te convertí en mi nuevo enamorado. ¿Te digo lo que pienso? Quiero estar siempre tan cerca de ti como lo estoy en este mismo momento.

(Fotografía de Quite Peculiar)