Todo el mundo habla sobre la Web 2.0. Sin duda alguna, se trata del término de moda. Las empresas, las administraciones y los usuarios sucumben ante el tremendo poder que estas nuevas técnicas prometen. Cualquier servicio que se lance al mercado estos días debe ir acompañado de la ya citada coletilla numérica, si no quiere ser automáticamente tildado de desfasado, desactualizado o muerto en vida. Ahora bien, ¿sabemos realmente qué nos traemos entre manos?
En el campo de las nuevas tecnologías, los números indicativos de versión tienen una función muy determinada: los cambios en la numeración indican mejoras o correcciones que contribuyen a incrementar la calidad de la solución a la que hacen referencia. Normalmente, los cambios en las cifras decimales indican modificaciones menores, o correcciones de fallos. Sin embargo, la alteración de la cifra principal representa una ruptura en nuestros hábitos de trabajo.
El término Web 2.0 hace referencia a un cambio global en nuestra forma de trabajar en la red. De meros espectadores, pasamos a ocupar un papel principal en la obra. Hasta ahora, nuestra plataforma habitual de trabajo estaba restringida al entorno más cercano a nuestro escritorio. El nuevo paradigma convierte a la red en nuestra nueva oficina, llevándose gran parte de nuestras aplicaciones e información a la nube, o espacio común.
Sin duda, esta nueva forma de trabajo ofrece innumerables ventajas. En primer lugar, ya no tenemos que preocuparnos de tener instaladas nuestras aplicaciones de uso común en todos los sitios en que vayamos a trabajar. Tan solo necesitamos un ordenador con conexión a Internet, y un navegador. Tampoco debemos preocuparnos de las actualizaciones de las aplicaciones, ya que éstas se realizan de forma transparente al usuario. Algunos autores hablan incluso de una reducción en los requisitos impuestos a nuestros equipos de trabajo, aunque se podría argumentar que en realidad estos requisitos se trasladan hacia las infraestructuras de red correspondientes.
La gran ventaja de este salto de versión, de la Web 2.0, es el trabajo colaborativo. Los proyectos en equipo se ven reforzados por la nueva estructura distribuida, por la posibilidad de establecer relaciones de todo tipo mediante las redes sociales que los nuevos mecanismos de trabajo ponen a nuestra disposición. Las redes colaborativas hacen posible la aparición de nuevas estructuras empresariales, de nuevos modelos, más eficientes y rentables, lo que ha provocado un inmediato interés por parte de las grandes empresas.
Sin embargo, como todo avance, la Web 2.0 viene acompañada de un despliegue publicitario descomunal. Las ventajas aparecen en todos los artículos y revistas, el trabajo distribuido se pone de moda, y toda la gente desea cambiar su forma de trabajo. Pero este tipo de tecnología tiene también su lado oscuro. Algunos aspectos pasan desapercibidos, y otros son voluntariamente ocultados por organismos que esperan sacar provecho de los mismos. Si se va a trabajar en la nube, es conveniente tener en cuenta algunos aspectos:
¿Dónde están mis llaves? La información, en el nuevo marco de trabajo en la red, está en manos de terceros. Se debe tener en cuenta esto especialmente cuando se trabaje con datos sensibles, esto es, con información de carácter íntimo y personal. Por supuesto, las empresas que ofrecen estos servicios están obligadas a cumplir la ley, pero en ocasiones añaden cláusulas que, en caso de ser aceptadas por el usuario, implican la cesión de parte de la información.
¡Pero si ayer era gratis! Las condiciones de los servicios ofrecidos pueden cambiar de forma súbita. Lo que ayer era gratuito, hoy puede ser de pago. Lo que hoy es de pago, mañana puede exigir un esfuerzo económico mayor. Las condiciones de calidad de servicio pueden variar, y con ellas el rendimiento y el coste de nuestro equipo de trabajo en red.
El trabajo de una semana... ¿perdido? Tradicionalmente, las empresas implementan políticas de seguridad en los sistemas de información. Éstas suelen incluir procedimientos para la planificación y realización de copias de respaldo, mediante los cuales tratan de evitar pérdidas de información valiosa. En los servicios 2.0, sin embargo, las empresas deben delegar la implementación de dichas políticas de seguridad en terceros, lo que podría, en algunos casos, supeditar la seguridad de la empresa totalmente a factores externos.
Pero... ¿quién ha escrito esto? La generación de contenidos por parte de los usuarios es uno de los pilares de la nueva generación de servicios. El ahorro derivado de tales medidas es importante, pero para la elaboración de un contenido de calidad no solo es necesaria la generación masiva de contenido. Si la empresa desea producir material mínimamente interesante, necesita que las aportaciones de los colaboradores sean relevantes, informadas y coherentes.
Señor Juez, yo no sabía que... La posibilidad de que los usuarios generen conocimiento a su antojo, puede poner en aprietos legales a una empresa. Si la organización no aplica un severo seguimiento a toda la información que entra en su base de conocimiento, puede que sus infraestructuras sean usadas para algún tipo de actividad de dudosa legalidad, lo que conllevaría las consiguientes acciones legales por parte de la autoridad competente.
Don’t be evil. En todas las oficinas de Google figura el siguiente lema: “No seas malo”. La empresa es plenamente consciente de su tamaño y poder, y continuamente trata de concienciar a sus empleados sobre la necesidad de conservar la confidencialidad y privacidad de sus usuarios. Sin embargo, no dudó en censurar parte de las búsquedas al negociar su entrada en el mercado chino. Parece ser que ahora está pensando en salir de aquel país, debido a los continuos ataques a sus bases de datos por parte de espías gubernamentales. Un usuario de la Web 2.0 debe ser consciente de este tipo de comportamientos cuando decide entrar en la nube.
¿No hay Wifi aquí? El salto a la nueva metodología de trabajo ha supuesto un gran avance en movilidad. El puesto de trabajo ha pasado a ser nómada, y se han roto las cadenas que ataban al trabajador a su despacho. A pesar de que esto es una enorme ventaja, la dependencia no ha desaparecido. Se ha trasladado, al menos de momento, ya que el trabajo colaborativo no es tan ventajoso cuando no se dispone de acceso a la red. Si bien es cierto que, hoy en día, el acceso a la red está muy extendido, aún estamos lejos de una cobertura global -con buen nivel de servicio- y a precios competitivos.
¿Dónde está el Photoshop? A pesar de los grandes avances que se han producido en este nuevo marco de trabajo, existen aún multitud de herramientas vinculadas al trabajo offline. Para una total migración a la red, las aplicaciones más extendidas para edición de vídeo o fotografías, diseño industrial o maquetación, deberían tener su equivalente 2.0.
Los 8.972 puntos de nuestra campaña son... La generación de gran parte del contenido por parte de la comunidad de usuarios es un arma de doble filo. El barato y ágil incremento de volumen de conocimiento generado implica a su vez un aumento del nivel de ruido o información inútil. Así, puede ser más difícil encontrar la información buscada, o sacar alguna conclusión a partir de los datos almacenados.
Deja de trabajar, y come de una vez... Un aspecto que pocos entusiastas del fenómeno 2.0 parecen percibir es de la conciliación de la vida laboral y familiar en el nuevo entorno de trabajo distribuido. La vinculación del trabajo a un lugar físico permite diferenciar más claramente el trabajo del tiempo libre. Sin embargo, si nuestro puesto de trabajo está en la red, puede ser difícil en ocasiones distinguir en qué contexto nos encontramos, lo que puede ocasionar problemas de estrés o bajo rendimiento.
Las nuevas tecnologías, las mejoras en las infraestructuras de red, la nueva generación de aplicaciones en la red.. han supuesto un increíble avance en nuestra concepción del mundo del trabajo. Sin embargo, y tal como se ha expuesto, antes de dar el salto e incorporarse a la Web 2.0, es necesario estudiar todas las implicaciones de nuestra decisión. De esta forma, podremos tomar un decisión de forma informada y razonada, lo que sin duda alguna repercutirá en nuestro beneficio. Porque, al final, y como siempre, lo que se busca es maximizar la eficiencia y eficacia de nuestra empresa.
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